sábado, 5 de julio de 2014

Rita la Cantaora

ENTREGA Nº 86  5 DE JULIO DE 2014 

MUJERES QUE DEJARON Y DEJAN HUELLAS EN EL CANTE

                                               -17-  

                            RITA LA CANTAORA

RITA JIMÉNEZ GARCÍA,  conocida artísticamente como Rita La Cantaora  nació en el año 1859 en Jerez de la Frontera en cuyos Cafés Cantantes  se inició para destacar más tarde junto a “ grandes” como La Macarrona o el malagueño Juan Breva en locales flamencos como el madrileño Café Romero.

 También al principio de su carrera artística, esta jerezana llegó a actuar con ilustres como  el gaditano Francisco Lema “Fosforito”  o “La Coquinera”  y  años más tarde  con artistas como Escacena o Manuel Pavón.  

Los cantes por Malagueñas, soleares o sus personales bulerías son los estilos por los que  destacó de forma especial  Rita la Cantaora. En 1906 figuró en el cuadro flamenco de El Café del Gato


                                      Inmortal quedo para la historia,
                                      que tendría aquella cantaora
                                      que se gano al mundo entero
                                      con solo abrir y cerrar la boca,
                                      su grandeza era tan grande,
                                      que conquisto a toda la gente
                                      con solo demostrar su puro arte.

                                         
                           
Además de cataora, excelente por los palos festero antes mencionado, destacó también por su arte con el baile, de hecho muchos aficionados recuerda más a una Rita bailaora que cantaora. Sobre el dicho popular en las tierras gaditana de  “Eso lo va a hacer Rita la cantaora” hay  variedades de opiniones,  pues unos comentaron  que se debía  a  la mala relación que la jerezana (por su carácter) tuviera con otras  compañeras en los distintos tablaos, otros  sin embargo opinaron en su momento que se refería a la disposición de Rita para satisfacer la solicitud de los espectadores, cuando éstos pedían a otras artistas alguna canción extra y las compañeras respondían con el mencionado dicho popular, lo cierto es que a ella   nunca le gustó tal expresión para con su persona.

En 1934 en el conocido Café de Magallanes Fosforito el Viejo organizó un  festival benéfico que a la postre sería la última actuación de ella, quien tres años más tarde con setenta y ocho años de edad en Zorita del Maestrazgo (Castellón) y  por los avatares de la guerra civil nos dejó este genial cantora y bailaora.

 



 


                                     

 




















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