viernes, 31 de enero de 2014

Manolo Caracol


 ENTREGA Nº 64     1 FEBRERO DE 2014 

… Y Sevilla (10) Cantaores Ilustres
         MANOLO CARACOL

         En el sevillano barrio de Las Lumbreras, en la conocidísima Alameda de Hércules, nació el Niño de Caracol, Manuel Ortega Juárez, Caracol como su padre, es en la historia del flamenco un  verdadero ejemplo de heredero de “lo jondo “ pues por parte materna o  paterna, encontramos entre sus ancestros entre otros  al gaditano Antonio Monge “El Planeta” del que es tataranieto por parte materna o biznieto de Curro Durse y Enrique El Gordo Viejo, nieto de El Águila, en fin toda una dinastía de grandes de la que este gitano heredó ese genio y compás para convertirse, a pesar de su personalidad en uno de los cantaores más importante del siglo XX.

         Nació  Manolo Caracol el día 9 de julio y falleció en Madrid, parece ser, tras  un accidente de tráfico en Aravaca (Carretera de la Coruña) el 24 de febrero de 1973. De su matrimonio con la jerezana Gómez nacieron cuatro hijos que también continuaron su saga flamenca como fueron Luisa, Enrique, Lola y Manuela. Su hija Luisa casó con Arturo Pavón, sobrino de La Niña Los Peines, gran músico que lo acompañaría toda subida en sus actuaciones con el piano que tocara con gran maestría.                   
         Siendo un niño con apenas 12 años y todavía con el nombre de El Niño de Caracol ganó junto a  Diego Bermúdez Cala “El Tenazas de Morón”  el famoso Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, con un primer premio de 1.000 pesetas y un diploma acreditativo del premio que años más tarde colocaría en su famoso tablao de Los Canasteros.

         Habría que recordar que este Concurso organizado entre otros por Federico García Lorca y Manuel de Falla, contó con  un jurado de la talla de Don Antonio Chacón, Manuel Torre o la mismísima Pastora Pavón La Niña de los Peines. Tras este grandioso éxito, se presentó en Sevilla en el Teatro Reina Victoria, de nuevo alternando con Diego Bermúdez el Tenazas y de ahí  a Madrid en el Teatro Centro.
         A partir de entonces  y poco a poco fue conocido por el mundo del cante hasta convertirse en  el célebre Manolo Caracol, volcán de la pasión gitana y cantaor largo, aunque se hiciera famoso por sus fandangos tan personales y por sus zambras, creando toda  una  escuela caracolera, fue muy aclamados por  un público pero que con el paso del tiempo  y como consecuencia de sus innovaciones en el flamenco al introducir orquestas o el piano de su yerno Arturo Pavón  empezó a recibir duras crítica, pues este excepcional cantaor despertó en la afición los polos opuestos de amor y odio pues muchos aficionados no le perdonaron la heterodoxia de sus innovaciones en el flamenco.

         Desde que ganara el Concurso granadino,  se codeó  con los mejores de la época como los miembros del concurso de Granada Chacón, Manuel Torre, Manuel Centeno o el Gloria junto con todas las primeras figuras de entonces, formando junto a Pepe Marchena, El Cojo de Málaga, Pepe Pinto o la Niñas los Peines a partir del año 1925 una gran compañía artística que partiendo del Teatro Pavón de Madrid, recorrió España entera. Lo mismo hizo en el año 1929, encabezando con Manuel Torre un espectáculo pleno de éxito o el  de Luces de España, año 1930, que realizara con La Niña de los Peines.
         Tras la guerra civil española, continuó con sus espectáculos, formando compañía también con El Sevillano, Juanito Valderrama, Pepe Pinto, incluso actuaría en el elenco de Concha Piquer hasta que en el año 1943 formando pareja con una joven Lola Flores presentó, tal vez su espectáculo más emblemático, Zambra  con el que viajó por toda España du hasta 1951, convirtiéndose especialmente por sus zambras en el artista flamenco más conocido en el mundo del espectáculo.

                               
            Asiduo de la famosa Venta de Vargas de tal forma que cuando tenía ocasión se escaba para acudir a echar unos ratitos con su amigo Juan, propietario de la venta isleña.
            En Madrid el 1 de marzo de 1963 inauguró su tablao de los Canastero con artistas como Carmen Casarrubios, Curra Jiménez, La Polaca, su hija La Caracola, María Vargas, Trini España, La Perla de Cádiz, Gaspar de Utrera, Melchor de Marchena, Orillo, Paco Cepero y Terremoto, desarrollando desde esa fecha casi toda su trayectoria en su tablao con actuaciones especiales junto a los miembros d su familia como hiciera en Torre Bermeja en el año 1922.

            Entre otros muchos homenajes, premios o distinciones cabe destacar la Medalla de Oro de la II Semana de Estudios Flamencos de Málaga en 1965, el homenaje que la Junta Oficial de la XIX Fiesta de la Vendimia le hiciera en 1966 en el jerezano Teatro Villamarta, donde el gaditano, Amós Rodríguez glosara  de manera prodigiosa la figura el arte de Manolo Caracol. En el año 1969 en Madrid,  recibió la Orden de  Isabel la Católica y  en Jerez de la Frontera la insignia de la Orden del Tío Pepe de Oro, recibió un gran homenaje en Sevilla en el año 1970 cuando lo nombraron Popular del desaparecido diario Pueblo.
            Como se ha indicado anteriormente en el año 1973,  tras un desgraciado   accidente en la Carretera de la Coruña falleció, el que  para muchos que estudiaron su trayectoria,  cantaor gitano más importante tras Manuel Torre, mientras que otros  aún  reconociendo la genialidad del gitano no le perdonaran sus innovaciones en el flamenco. En cualquier caso este gitano sevillano de la Alameda Hércules con más ascendencia gaditana que de Sevilla, nos ha dejado una herencia flamenca, jonda y personal digna de estudiarlo como a uno de los grandes  de nuestro universal arte.

 

 

viernes, 24 de enero de 2014


 

 ENTREGA Nº 63     25 ENERO DE 2014 

 
… Y Sevilla (9) Cantaores Ilustres

 La Niña de los Peines

Cuando se ha hablado de Silverio o de Chacón se ha dicho que fueron cantaores enciclopédicos, generalísimos, que han dominado todos los cantes y todos los hacían de manera magistral. Pues bien, de Pastora Pavón Cruz llamada la Niñas de los Peines no sólo se puede sino que se debe decir exactamente lo mismo esto es, cantaora genial, generalísima y dominadora de todos los palos flamencos, los que existían y los que ella con su especial don aflamencò  o le dio altura de cante grande.

          Todos los flamencólogos coinciden en que Pastora fue la cantaora más completa de todos los tiempos, representando en el arte flamenco lo más cercano a la perfección, como dicen Blas Vega o Ríos Ruiz "La maestría inmortal".

 

 

                                  "Péinate tú con mis peines.

                                            Mira que son de canela.

                                            La gachí que con mis peines se peine,

                                            canela pura se lleva."

                       

Estos versos de Tango  flamenco sirvió para que más tarde llamarán a Pastora Pavón con el nombre artístico de la Niña de los Peines, quedando atrás su nacimiento en el número 19 de la sevillana calle de Butrón, el diez de febrero de 1.890, su bautismo en la parroquia del barrio de la Puerta Osario, San Román y Santa Catalina, sus temporadas de niña en Utrera en casa de la genial creadora de un estilo de soleá Merced la Serneta quién quedaba admirada  del arte y de la inspiración de esta niña, a la que la insigne maestra mimaba y enseñaba esos sabios compases suyos por soleá que Pastora cantó mejor que nadie, o su debut en Madrid con tan sólo 11 años en el café del Brillante, después de actuar varias veces en la Taberna de Ceferino de Sevilla.

                       
María Pastora de la Santísima Trinidad, que así era su nombre completo, vivió siempre en un ambiente lleno de gitanería y arte flamenco pues de su familia son su hermano Tomás, al que algunos llamaron el mejor cantaor sevillano de todos los tiempos en los supremos cantes de siguiriyas, soleares y martinetes y su otro hermano Arturo, el  menos popular de los tres pero reconocido y respetado por sus conocimientos y personalidad en el flamenco y al que  nadie discutió su autoridad. Ricardo Molina sobre este triunvirato de geniales hermanos dice "se puede definir por las siguientes  virtudes: Pastora por su enciclopedismo magistral, Tomás por su "especialización" en los tres cantes supremos  de toná, siguiriya y soleá y Arturo por su profunda erudición".

                       
Aunque Pastora cantara como queda dicho de manera magistral todos los palos, destacó de forma  muy especial por su gracia en los cantes de compás, donde imprimía ese sello suyo que hizo que muchos aficionados  identificara los cantes de Pastora con los trianeros y así vemos sus tangos de Triana llamados a partir de ella y por ser su creadora tangos de Pastora, ¡Qué difícil es imitar, como muchos lo intentan, ese "gu, ru, gu.." a modo de estrambote que Pastora pone en sus tangos, o esas bamberas que La Niña de los Peines aflamenca a partir de unas tradicionales coplas de columpio dándole compas de soleá!.

 

 

                     "Ni los rayitos del sol

                                                  ni la estrella más bonita,

                                                  tienen tanto resplandor

                                                 como el de mi morenita.

                                                 La niña que está en la Bamba

                                                 no tiene pare ni mare.

                                                 sólo tiene mi cariño

                                                 que en el mundo es lo que vale.”

                                                (Bambera de La Niña de los Peines)                         

De ella dijo el escritor y flamencólogo Fernando Quiñones "La pastora de los largos rebaños de la pena y también la voz luminosa de la alegría jonda.", habiendo opiniones sobre Pastora como la de Caracol que decía que tenía la voz más gitana y bonita que había habido nunca, la de Ricardo Molina "Pastora es la encarnación misma del cante flamenco" o la del poeta de Arcos, Antonio Murciano "Como ha dicho el cante Pastora no lo ha dicho nadie."

              

A lo largo de toda su dilatada vida artística ha actuado en los mejores cafés cantantes y con los mejores cuadros, siendo siempre la estrella y lo mismo actúa en los teatros madrileños de Madrid-Cinema y Maravillas, que participa en el festival de Granada alternando con Manuel Torre, o  en la embajada de Italia ante el mismísimo rey italiano, de gira por toda España con Chacón, que contratada por Concha Piquer en el espectáculo "Las calles de Cádiz", dejando en todos  sabrosa huella de sus cantes, de sus tangos, de sus bulerías, bamberas, soleares... o de sus personalísimas  peteneras.


 
                                             "Mi marío no está aquí

                                                       que está en la guerra de Francia,

                                                       y estará buscando allí

                                                       a una pícara mulata

                                                    - al gurugú, al gurugú, al gurugú –

 

                                                      Debajito del puente sonaba el agua

                                                     eran las lavanderas, las panaeras

                                                    ¡cómo lavaban!"

                                                     (Tangos de Pastora)
               
Digno de ver eran esas Semanas Santas sevillanas al paso de las imágenes procesionales por debajo de los balcones donde solían cantar sus grandiosas saetas junto a otro gran cantaor de la época Pepe Pinto con el que se casó en 1.930 y con el que estrenó el espectáculo España y su cantaora, retirándose una vez que terminara la gira que con este motivo realizó por toda España.
                       
En 1.961 concretamente el 4 de mayo en Córdoba se le tributó un homenaje en el que participaron todos los grandes artistas de la época que la reconocieron otra vez    como la más grandes de todas las cantaoras al igual que harían el 19 de Noviembre, cuando se inaugura un monumento con su efigie en la Alameda de Hércules, poco antes de morir el 26 de Noviembre de 1.969 unos  días después de su marido.

           Ricardo Molina sobre este triunvirato de geniales hermanos dice "se puede definir por las siguientes  virtudes: Pastora por su enciclopedismo magistral, Tomás por su "especialización" en los tres cantes supremos  de toná, siguiriya y soleá y Arturo por su profunda erudición".

                            

 

viernes, 17 de enero de 2014


 

 

 ENTREGA Nº 62       18  DE ENERO DE 2013 

        

… Y Sevilla (8) Cantaores Ilustres

 

Pastora Pavón y su saga flamenca

 

         Desde la localidad sevillana de El Arahal  nos llega a la capital andaluza una de nuestra más flamenca dinastía: La saga  de los Pavón.

         Se inicia dicha estirpe  con el mayor de los hermanos, Arturo Pavón Cruz,  cantaor reconocido como artista de cabales, padre del pianista Arturo Pavón Sánchez quién  a su vez  bebe no sólo de la tradición propia de la familia, sino también de la de otro ilustre en la historia del flamenco como es  Manolo Caracol, pues tras casarse con su hija Luisa Ortega y siendo primera figura del piano flamenco, crea una pareja con su suegro que dio la vuelta al mundo con la célebre Zambra de Manolo  Caracol.

          Arturo  no sólo es el mayor de la familia Pavón sino que se le considera por los estudiosos del flamenco como principal maestro de sus hermanos Tomás  y Pastora “La Niña de los Peines” a  los que le enseña desde el principio  como uno de los grandes conocedores de los primitivos cantes. Su trayectoria artística se desarrolla en las reuniones de cabales, destacando sobremanera en  cantes como tonás, deblas o martinetes.

            La influencia de éstos es visible en sus descendientes en cantaores relacionados con la saga, como El Chocolate.
 
          Tomás a diferencia de sus hermanos mayores, nació en Sevilla  1893, Cantaor conocido sobre todo en los ambientes de fiestas más que en los teatros pero acreditado como uno de los mejores en la historia flamenca, eso y la fama de persona reservada nos llega a través de su sobrino Arturo.
 
                                         El pasito que yo doy
                                                ese no lo daba nadie,
                                                yo lo daba por mis niños
                                               que están pendiente del aire
 
 
 
         De Tomás  escribieron intelectuales como Fernando  el de Triana quién los destacaba en los cantes del Mellizo, de la Serneta o la  soleá de Alcalá.
 
                                       A mi mare de mi alma
                                             lo que la camelo yo,
                                             porque la tengo presente
                                             metida en el corazón
 
  .
           
          El  escritor cordobés Ricardo Molina profundizó sobre la su personalidad, dejándonos escrito de él "Tomás vivió ignorado, con su fabuloso tesoro de siguiriyas, soleares, martinetes y sólo reducidas minorías le reconocieron en vida su grandeza y superioridad".  No en vano rescató los primitivos cantes de fragua o los cantes añejos, como las siguiriyas duras y jondas de Manuel Cagancho, que tal vez si no hubiese sido por Tomás su hubieron olvidado.
 
           A pesar de su corta trayectoria por sus problemas de salud ya que su enfermiza constitución, su mal suerte  hizo que nos dejara en 1952 cuando  había cumplido los 59 años pero de él heredamos una huella ya que fue la clave de la flamenca Triana y en su corto número de grabaciones, nos muestra todo lo relacionado con los cantes más profundo de los Pelaos, de los Caganchos…
            
             Tuvo la idea de defender la pureza del flamenco ante la llegada de cantes de otras procedencias o de estilos que podrían desvirtuar la pureza de lo jondo con el abuso que  él veía venir a través de la llamada ópera flamenca y para ello en los bajos de la campana, casa de su hermana Pastora y su cuñado Pepe Pinto realizó una especie de escuela para defender los estilos más jondo que se temía perder.
 
            El mismísimo maestro de Mairena llegó a decir que Tomás fue el mejor cantaor del siglo XX.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

lunes, 13 de enero de 2014


 ENTREGA Nº 61       11 ENERO DE 2014 

 

 

… Y Sevilla (7) Cantaores Ilustres

 

 

Manuel Jiménez Martínez de Pinillo (Manuel Vallejo) nació este cantaor sevillano en el año 1.892, dotado de unas facultades portentosas y con  una voz de característica similar a la de otros cantaores de su época. Sobresalió en cantes por Bulerías y Fandangos, palos en los que imprimía una gran personalidad y a los que dotaba de originalidad y brillantez.

           

           
Durante los años veinte y treinta del último siglo recorre la geografía española realizando múltiples giras y encabezando todos los carteles, alcanzando gran popularidad entre los aficionados, sobre todo de los amantes del fandango y a  los que gustaban oír  a los cantaores que en esta época (la de la llamada 'Opera Flamenca) abundaban y de la que Manuel Vallejo era uno de sus más importante artista.

 

                                  "Ni hermosura ni dinero,

                                   yo ya sé que tu no tiene

                                   pero quieres a mi mare

                                   por eso yo a ti te quiero

                                   como no te quiere nadie."

                                  (Fandango personal de Manuel Vallejo)

 

 

 

  En el año 1.925 obtiene Manuel Vallejo la copa Pavón, otorgándosele, el día 5 de Octubre del siguiente año  la segunda llave de oro que se tiene en la historia del cante, premio que le entrega el gran cantaor gitano de la época Manuel Torre  y que sería criticado por muchos buenos aficionados (todavía se critica), pues no se explican cómo se dio tan magno  homenaje a un buen cantaor  pero olvidándose de figuras como Pastora Pavón o el mismísimo Manuel Torre, maestros estos dominadores de  lo más puro del flamenco.

                                 

         En los cantes de Levante también aportó Vallejo su singular voz dándole al cante de la granaína y la media granaína un acento indudablemente particular, interpretando además de forma majestuosa, unos  villancicos flamencos, la saeta y la siguiriya de la que conocemos una versión en la voz del petenero "El Perro de Paterna" a la que este mismo cantaor llama Siguiriya no gitana.

 

 

 

                    

A pesar de haber sido un cantaor lleno de popularidad en su época, murió en el 1.960 con tal pobreza que no le quedó dinero ni  para su entierro, sufragando los gastos sus propios compañeros. Es uno de los casos trágicos que ha tenido el flamenco a lo largo de su historia.

 

                                  "Ese mi gusto sería

                                   que tu leyeras en mi pensamiento

                                    y así no podrías dudar

                                    que te quiero cada día

                                    que pasa bastante más."  

                  

         

 

 

viernes, 3 de enero de 2014


 ENTREGA Nº 60       4  ENERO DE 2014 

 
… Y Sevilla (6) Cantaores Ilustres

Silverio Franconetti

 
Silverio Franconetti Aguilar, nació en Sevilla en 1.831 y le bautizaron en la Parroquia de San Isidoro. Era hijo de un militar italiano de Roma y su madre sevillana de la localidad de Alcalá de Guadaira de una familia muy conocida en dicha ciudad.

Siendo pequeño su familia se traslada a Morón de la Frontera, donde realiza sus primeros estudios y aprende de su hermano mayor el oficio de sastre en una tienda que la familia poseía,  de donde con frecuencia y con apenas diez años solía escaparse para acudir a una fragua cercana a su casa y allí contemplaba los cantos fragüeros de los gitanos con la desesperación de su familia que constantemente maldecían la fragua.

                                  "Cuando vino el Santolio

                                          los ojos abrió

                                          y a mí me dijo, compañerita de mi alma,

                                          queate con Dios”.

                           
Las excelente condiciones que Silverio tenía para el cante y su vocación decidida no impidió los constantes esfuerzo de sus padres en apartarlo de todo a lo que a flamenco se refería, siendo aún mayor la vocación cuando empezara a ir por Morón el gran maestro puertorrealeño  Francisco Ortega el Fillo, quien conoció al pequeño Silverio y viendo sus gustos y facultades empezó a enseñarles esos cantes primitivo que el viejo maestro interpretaba en contra de los deseos de su madre, ya viuda,  que sólo quería ver a su muchacho ayudándole con el trabajo de la sastrería. Pero como dice Demófilo el trabajo de la madre fue en vano ya que "el pájaro voló" y después de pasar una temporada en Sevilla dedicado ya por entero al cante flamenco, pasó a Madrid donde pronto fue conocido por las portentosas facultades con su cantaora y grave voz hasta el punto que el gran poeta granadino Federico García Lorca lo definió así:

                                  "Su grito fue terrible

                                          los viejos

                                         dicen que se erizaban

                                         los cabellos

                                         y se abría el azoque

                                        de los espejos..."


                      

Hombre aventurero donde los haya,  Silverio marcha por el año 1855 a Buenos Aires, invitado por su profesión de sastre, quizá con la idea de hacer un capital suficiente para poder dedicarse por entero a su verdadera afición, cosa que su familia por el sólo hecho de que abandonara la profesión de cantaor y las compañías que tenía, vio con agrado; de cualquier forma Silverio accediendo a las invitaciones se dirigió a las tierras americanas donde permaneció durante ocho años, pero no trabajando en el oficio de sastre para lo que se le invitó sino de picaor de toros o de oficial en el ejército de la República de Uruguay en los tiempos de guerra.               

En el año 1.864 vuelve a España y decide dedicarse a lo que de verdad le gustaba,  quería y sentía,  realizando por las principales capitales de España conciertos y dándole a esos tristes y profundos sones que escuchara en la fragua gitana de Morón de la Frontera, la categoría de espectáculo y creando para ello los llamados Café Cantante,  tan criticados por unos pero tan elogiados por otros afirmándose que si no llegara a ser por estos cafés cantantes,  el flamenco no hubiera llegado hasta nosotros.

Sin discusión alguna el enciclopedista Silverio fue considerado como el mejor cantaor de todos los tiempos. En Cádiz se decía de él  que era el Rey de los Cantaores,  dominando desde la siguiriya, tonás,  polos hasta las soleares o serranas. En sí dominador de todo el cante grande que consiguió significar y dignificar.
                                          
Del amplio repertorio que Silverio Franconetti interpretara hasta poco antes de morir en el año 1.889,  el padre de los Machado, Demófilo, recoge algunas letras que este corpulento maestro en lo físico y en lo artístico realizara por cañas, polos, siguiriyas, serranas...de entre las que podemos destacar:

                                  "Cualesquiera que me oyera

                                         concoserá mi pasión;

                                         lo que la boca no jabla      

                                         lo publica el corasón.
                  (Polo de Silverio aunque también se canta por caña, tonás, livianas, javeras, malagueñas…)

                                           "Abrase la tierra

                                                  que me quiero morir,

                                                  que pa vivir como estoy viviendo

                                                 prefiero morir."

                                              (Cabal de Silverio grabada por Pepe el de la Matrona)