viernes, 8 de noviembre de 2013

Flamenco en Sevilla

ENTREGA Nº 52      9 DE NOVIEMBRE DE 2013 
                  

… Y Sevilla (1)

                                  
                                      “Giralda cuando yo muera
                                        vendré a acariciar tu cuerpo
                                        vestido de primavera

            Una de las grandes cunas, Sevilla y su comarca cantaora: Alcalá, Triana, Utrera, Lebrija,  Mairena, Morón…representa en el flamenco, en los orígenes más primitivos de nuestra historia flamenca, todo un pilar básico para sus cantes, bailes y toques. Como sucede con Jerez, sobre la capital andaluza  también encontramos gran variedad  de trabajos, estudios o libros de flamencología que nos comenta la importancia de esta provincia en la génesis y posterior evolución de nuestro patrimonio cultural, aunque también de la misma manera siempre quede, con total seguridad, algo  que decir del flamenco en este importante vértice del  triángulo mágico con el que se suele representar a los pilares básicos del  arte, como dice Don Antonio Mairena, gitano- andaluz.

            En Triana se cantaba en las tabernas, donde se entablaban duelos entre figuras trianeras del cante”, nos comenta en “Rito y Geografía del Cante” Manuel Bohórquez Casado, siendo necesario distinguir a este grandioso y barrio flamenco  por excelencia, por esa razón es importante resaltar la convivencia, también como sucediera en la localidad jerezana entre payos y gitanos, tanto a un lado como a otro del Guadalquivir.

            Según Serafín Estébanez Calderón (El Solitario) en su episodio  Un baile en Triana” de  “Escenas Andaluzas”, Francisco Ortega Vargas "el Fillo", cantaor puertorrealeño junto  a su maestro el mítico gaditano  "El Planeta",  verdaderas figuras  iniciadoras  según coinciden casi todos los flamencólogos de la historia del flamenca, describe con entusiasmo la Triana de entonces, donde se destaca las distintas fiestas flamenca que en este gitano barrio se suelen celebrar mientras que, en escritos de Antonio Machado Álvarez “Demófilo”,  amén de corroborar estos encuentros en esas fraguas o patios trianeros, en Sevilla encontramos la mayoría de los café cantantes  adonde  acuden los flamencos trianeros para cantar bien en los encuentros que habitualmente se desarrollaban,  o en las fiestas que tras estos espectáculos se organizaran.

          Pero los encuentros con el flamenco, con los orígenes del cante jondo y Sevilla,  los podemos estudiar con total tranquilidad como se comprueba por los numerosos estudios realizados,  en núcleos como Triana, Utrera, Lebrija y Alcalá de Guadaira, eso sí sin olvidarnos de poblaciones importantes como Mairena del Alcor.

         Si en Jerez encontramos nombres, familias o linajes como los Paula, Sotos, Agujetas, Moneo, Carpio, Marruro…iniciadores del cante como Tío Luis El Cautivo, Tía María La Jaca, Tío Vicente Macarrón, Juanelo y el Señó Manuel Molina, en Sevilla paralelamente aparecen figuras de la talla de los Pelaos, Ramón el Ollero, Frasco el Colorao, La Andonda,  Tío Noriega, los Pavón o Juaniquín el de la Paula, Manolito de María… y geniales nombres como Silverio Franconetti,  Pastora Pavón la Niña de los Peines, Pepe el de la Matrona o el maestro de todos los cantes: Don Antonio Mairena.

Tanto en Sevilla como en Triana o en cualquiera de sus flamencos pueblos: Alcalá de Guadaira, Lebrija, Utrera, Morón,  Mairena…,  tienen su personalidad en cantes básicos como tonás, siguiriyas o tangos  pero parece ser que el palo flamenco predominante en la comarca sevillana podría ser el cante de la soleá.

 Las primeras noticias que encontramos sobre las soleares datan del año 1.782 y se debe a escritos de D. Antonio Machado Álvarez (Demófilo) cuando comenta las bodas de un aguador o vendedor de agua gitano: Tío Luis el de la Juliana. Seguramente esas llamadas Soleares serían muy distintas a las actuales ya que las mismas noticias nos hablan de esos cantes, con abundantes ritmos y bailados, por lo que se afirman que las primitivas soleares se realizaron para bailar y provenían de esos antiguos jaleos pues musicalmente y por su estrofa (tres versos) son idénticas.

La mayoría de los flamencólogos dicen, el origen de este cante (pilar fundamental del  flamenco) no puede ser otro que ese primitivo "Jaleo" o esa primitiva cantiña para el baile y así el nombre pudiera derivar, según Demófilo, del de una mujer, Soledad o bien de algunas letras viejas que pudieran empezar diciendo: 
               

          "que grande es mi soledad..."
                                    
Como se ha indicado anteriormente, la estrofa de las soleares coincide con la del primitivo "Jaleo", esto es, un terceto octosílabo; pero existe otra Soleá u otro estilo de Soleá, si se quiere más joven que la anterior, y que consiste en una especie de cuarteta en octosílabos romanceada y cuando este estilo se remata con un terceto y su primer verso es de tres o cuatro sílabas se le llama Soleariya.

La temática de las letras de la Soleá es variadísima pues, al igual que la siguiriya, por Soleá  también se canta al amor, al dolor, a la muerte y desamor cantándose también por Soleá a todo tipo de sentencias, sin quitar, quizá pinceladas de humor.


                                               "El día del aguacero
                                        dime dónde te metiste
                                        que no te mojaste el pelo."

Características de las Soleares son sus variedades y su flexibilidad; hay quien afirma que es el más flexible de los cantes y sus parentescos innumerables pues hay soleares tangentes (como dice Ricardo Molina) con la petenera, la siguiriya, la bulería, el martinete... son parientes dice de casi todos los cantes.

Tal es la variedad de estilos de Soleá que de un estudio de Ricardo Molina se reconocen 44 estilos distintos que corresponden a las siguientes modalidades:

                        -Soleares de Alcalá (incluidas la de Joaquín el  de la Paula), 10
 -Soleares de Utrera (incluidas la de Joaniquín y la Serneta),  6
                        -Soleares de Frijones de Jerez, 3
                        -Soleares de Enrique el Mellizo, 2
                        -Soleares de Paquirri el Guanté, 2
                        -Soleares de Triana, 4
                        -Soleares Apolá, 3
                        -Soleares de Juan Breva, 6
                        -Soleares de Córdoba, 4
                        -Soleares de Málaga, 1
                        -Soleares que no se han podido clasificar, 3

Posiblemente existan algunas más de carácter personal o incluidas en algunas de las escuelas o modalidad geográfica en las que se pueden incluir para su estudio, escuelas que a diferencia con las de la siguiriya, presente una que bien pudiera ser la genuina madre de este grandioso cante: Alcalá de Guadaira o Alcalá de los Panaeros.

Por lo tanto debe quedar claro que no se habla de una soleá sino de variadísimos estilos de soleá o lo que es lo mismo de soleares y de entre ellas una distinta tal vez a las demás y recogida, como tantos otros trabajos, por el maestro de Mairena del Alcor: La soleá de  Charamusco


















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